Thursday, October 05, 2006


Me encuentro en el momento perfecto para reencontrarme con el placer de escuchar a George Harrison. Con él me encontré a los 12 años de edad. Viví varios años de pasión desenfrenada hasta que gracias a él también, comencé a "ampliar" mis horizontes y fui muy poco a poco descubriendo otros mundos. Jamás me alejé de él, jamás resté la más mínima importancia a su música. Lo que sí pasó es que comencé por "entender" que a los demás no les gustara. Llegué a sentir que la música de Harrison estaba ahí para unos cuantos elegidos, llegué a pensar que era incluso densa y no de muy fácil digestión. Pensé que eso estaba chido y dejé de conflicturame por no poder compartir mi gusto, amor y locura por él y su música. De cualquier forma sabía que mucho de lo que soy es porque decidí que él fuera parte de lo que me conforma porque lo asumí así y así lo deseaba.
Durante algunos años ha llegado a pasar que me alejo de su música un poco sin querer, otras cosas atraen mi atención y les dedico mi tiempo. He pasado meses en los que ni siquiera he escuchado música y me he negado a hacer otra cosa que leer y ver televisión e ir al cine.
En el momento en que fui a Inglaterra a celebrar su compleaños, en febrero de 2004, me di cuenta de cómo algo que ya me gustaba harto y durante tanto tiempo, podía gustarme todavía más, con más intensidad y con mayor frescura, con bríos renovados. Todo era propicio, la compañía (tres fans de hueso colorado), el lugar (Liverpool), el momento (el cumpleaños de George), las actividades (visitas a lugares relacionados con él, sesión de videos y música, más música durante los recorridos, fiesta, desveladas 100% harrisonianas).
Ahora, que tengo el mentado iPod, y que tengo toooda la discografía de George a mi disposición, (y que además tengo una actitud de vida diferente y un cúmulo de experiendias más vasto) descubro que aunque pensé que me casi no me sabía de memoria las letras de sus rolas, realmente me sé más de las que llegué a pensar. Descubro que siento algo muy similar a aquellos días en que he estado en Liverpool, ya sea para celebrar el cumpleaños de George, o cuando he gozado al máximo de las Beatle Week a las que he asistido. Confirmo que George Harrison dio a mi vida música que siempre estará conmigo y que jamás me cansaré de escuchar las canciones que nos dejó a quienes las escuchamos y las disfrutamos. Me entrego al amor que la música de Harrison me provoca y eso mismo me pone a sonreír como niña en dulcería.